La justicia brasileña rechazó una demanda para frenar la construcción de la planta hidroeléctrica de Belo Monte, en la Amazonia, que pedía retrasar el proyecto hasta que las comunidades indígenas aledañas fueran consultadas.
Belo Monte tendrá una capacidad instalada de 11.000 megavatios y el gobierno la considera crucial para el abastecimiento energético futuro del país.
Con un costo superior a US$11.000 millones, será la tercera mayor represa hidroeléctrica del mundo luego de Tres Gargantas, en China, e Itaipú en la frontera entre Brasil y Paraguay.
Opositores al proyecto sostienen que tendrá un impacto ecológico severo sobre la fauna del río y el área que será inundada, al tiempo que provocará un masivo desplazamiento de indígenas y otros pobladores de la zona.
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